El cáncer no solo implica el encuentro con una enfermedad; muchas veces también trae consigo una serie de duelos que afectan tanto a quienes lo padecen como a sus seres queridos. Este duelo no se limita a la pérdida física que puede ocurrir en casos avanzados; a menudo, el diagnóstico y el tratamiento provocan una cadena de pérdidas: de roles, de autonomía, de confianza en el cuerpo, e incluso de ciertas relaciones. Comprender y procesar estos duelos es esencial para sobrellevar el impacto emocional y psicológico que la enfermedad impone en la vida de las personas.
¿Qué significa el duelo en el contexto del cáncer?
El duelo en el cáncer es multifacético. Para la persona diagnosticada, puede empezar con la noticia misma, que interrumpe el curso de su vida y los planes futuros. A medida que avanza el tratamiento, pueden surgir otros tipos de pérdida: la pérdida de energía, de capacidades físicas o incluso de apariencia, especialmente cuando los efectos secundarios afectan la imagen personal.
Por otro lado, las familias y seres queridos también experimentan un tipo de duelo, ya que enfrentan el miedo a perder a esa persona, la incertidumbre y, en muchos casos, la necesidad de reorganizar sus propias vidas para convertirse en cuidadores o acompañantes. La psicóloga especialista en duelo, Aldana Di Costanzo, explica que "la aparición de una enfermedad como el cáncer desafía nuestro mundo de significados y nos hace replantear la manera en que entendemos la vida". Este desafío puede detonar diferentes formas de duelo que requieren tiempo y acompañamiento.
Las distintas etapas del duelo en el cáncer
El duelo en el contexto del cáncer no es lineal y, en cambio, puede atravesar diferentes etapas y formas. Es un proceso individual que puede incluir:
Negación: Al inicio, tanto el paciente como sus familiares pueden encontrar difícil aceptar el diagnóstico. A veces, la negación es un mecanismo de defensa que permite procesar la noticia de forma gradual.
Enojo y frustración: Esta etapa puede incluir sentimientos de injusticia o enojo, tanto hacia el cáncer como hacia el entorno. “¿Por qué a mí?” es una pregunta común que surge en esta fase, tanto en el paciente como en sus seres queridos.
Tristeza y duelo anticipado: Cuando la enfermedad progresa o el pronóstico es incierto, tanto el paciente como sus seres queridos pueden experimentar un tipo de duelo anticipado, un sentimiento de tristeza profunda por lo que podría ocurrir en el futuro.
Aceptación y adaptación: Aunque no todos alcanzan esta fase de la misma manera, algunos logran aceptar la situación, lo cual les permite hacer planes y aprovechar el tiempo de una forma significativa.
Red de Apoyo
Uno de los aspectos más importantes en el duelo por el cáncer es la red de apoyo. Di Costanzo menciona que “la persona en duelo necesita un entorno que le permita hablar de su experiencia sin sentir que sus emociones deben reprimirse”. Los amigos y familiares pueden ser un sostén fundamental, siempre y cuando se acerquen de manera empática y estén dispuestos a escuchar sin juzgar ni apresurar los tiempos del duelo.
Para quienes acompañan, el duelo puede significar aprender a estar presentes de maneras que quizás nunca habían experimentado. Escuchar, compartir recuerdos, ofrecer compañía o simplemente respetar los momentos de silencio son gestos que, aunque parezcan pequeños, pueden hacer una gran diferencia.
El papel de los profesionales de la salud y los grupos de apoyo
En este proceso, los profesionales de la salud desempeñan un rol fundamental. Los psicooncólogos, por ejemplo, están capacitados para brindar apoyo psicológico y emocional tanto al paciente como a su entorno. Di Costanzo subraya la importancia de contar con especialistas que puedan ayudar a procesar las emociones propias del duelo, tanto en fases tempranas como en momentos de recaída o cambios en el pronóstico.
Los grupos de apoyo también son un recurso clave. Compartir experiencias con personas que afrontan desafíos similares permite a los pacientes y familiares sentir que no están solos. Además, estos grupos pueden ofrecer herramientas y estrategias prácticas para sobrellevar los momentos más difíciles del proceso.
Aceptación del duelo como parte del proceso de sanación
Aceptar el duelo en el cáncer puede permitir una perspectiva renovada y, en algunos casos, encontrar sentido en medio de la adversidad. No se trata de ignorar el dolor, sino de reconocerlo y darle un lugar en el proceso de sanación emocional. Esta aceptación puede permitir que los pacientes y sus familias encuentren momentos de paz y significado en la vida, incluso cuando el desenlace es incierto.
Para quienes atraviesan el duelo en el contexto del cáncer, encontrar un equilibrio entre el dolor y la esperanza es un camino desafiante, pero posible. La presencia de una red de apoyo, el acompañamiento de profesionales y la comprensión de que este proceso no es lineal ni predecible son aspectos que pueden hacer la diferencia en la calidad de vida de los pacientes y sus seres queridos.
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