La importancia de la detección temprana y la educación en la prevención del cáncer de mama
- LALCEC Argentina
- hace 1 día
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Por el Dr. Carlos Silva y la Lic. Marina Rivas
Detectar el cáncer de mama a tiempo puede marcar la diferencia entre un tratamiento complejo y una recuperación completa. Sin embargo, la detección temprana no depende solo del acceso a los estudios médicos, sino también de la educación, la información y las condiciones sociales.

Factores de riesgo y prevención
El Dr. Carlos Silva, nuestro director médico y coordinador del área de acompañamiento, explica que existen factores de riesgo del cáncer de mama que no pueden modificarse, como la edad o la herencia familiar. “A mayor edad, mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. También influye el antecedente familiar: cuando existen uno o varios parientes de primer o segundo grado con diagnóstico, aumenta la probabilidad de presentarla. Sin embargo, sólo entre el 5% y el 10% de los casos tienen origen hereditario”, aclara.
Además, detalla que hay factores modificables, como la obesidad, la vida sedentaria y ciertos aspectos hormonales. “El uso prolongado de tratamientos hormonales, no haber tenido embarazos, una menopausia tardía o no haber amamantado son variables que pueden influir en el riesgo”, agrega.
La detección temprana salva vidas
“Aproximadamente un 35% de los casos se detectan en etapa temprana”, señala el Dr. Silva, quien destaca que esta cifra varía según el nivel educativo, el acceso a controles y la región del país. “Detectar el cáncer de mama a tiempo es clave: cuando el tumor mide menos de un centímetro, la probabilidad de curación alcanza el 90%, y los tratamientos suelen ser menos invasivos”, agrega.
En ese sentido, desde LALCEC impulsamos programas gratuitos y acciones comunitarias que buscan garantizar que la prevención sea una posibilidad real para todos los sectores.
Según el Dr. Silva, es recomendable realizar una primera mamografía alrededor de los 30 años y, a partir de los 40, combinarla con ecografía mamaria y controles clínicos periódicos.
“El autoexamen es importante, pero no suficiente. Debe complementarse con la consulta médica y los estudios por imagen. No hay que cuidarse a medias”, enfatiza.

Formas de cuidado y detección
Autoexploración mamaria: permite conocer tus mamas y detectar cambios tempranos.
Mamografía: capaz de identificar lesiones en estadios incipientes; recomendada a partir de los 40 años o según prescripción médica.
Ecografía mamaria: complementa la mamografía y permite detectar más carcinomas; suele indicarse a mujeres menores de 30 años y/o con mamas densas.
Se recomienda consultar con el ginecólogo para definir la edad de inicio y la frecuencia de los estudios según los antecedentes personales y familiares.
Educación y acceso a la información
La Lic. Marina Rivas, nuestra trabajadora social, destaca el papel clave que cumple la educación en la prevención del cáncer.
“La educación es fundamental para conocer los modos de prevenir enfermedades graves. No se trata solo de la formación escolar o familiar, sino también de la responsabilidad de las instituciones públicas, que deben transmitir información clara y accesible sobre las enfermedades prevalentes y cómo prevenirlas”.
“Durante mucho tiempo se parodió a la actriz Tita Merello, quien desde su lugar público aprovechaba cada oportunidad para recomendar a las mujeres realizarse el Papanicolau. Ese tipo de acciones también educan”.
En LALCEC cada semana recibimos muchas consultas de personas vinculadas a organizaciones barriales interesadas en acceder a estudios de control.
“El trabajo educativo en prevención es una tarea que involucra a todos: profesionales, agentes sociales, instituciones y comunidad”, afirma Rivas.
Barreras sociales y culturales para el autocuidado
Según la Lic. Marina Rivas, muchas de las dificultades para realizarse controles preventivos tienen raíz social y cultural.
“Una de las principales barreras proviene del rol social asignado a la mujer, históricamente vinculada al cuidado de otros. Esa carga de responsabilidad suele restar tiempo al propio cuidado”, explica.
Además, señala que en muchos casos las mujeres son el sostén económico de sus hogares, y perder un día de trabajo para asistir a un control puede afectar directamente la economía familiar. A esto se suman obstáculos materiales, como el costo del transporte o la falta de centros de salud cercanos. Asimismo “hay mayor demanda de servicios, menos recursos y largas demoras para conseguir turnos en muchos centros de salud. En algunos lugares, incluso falta equipamiento o personal especializado”.
En cuanto a los factores culturales, menciona la falta de información clara y/o las dificultades para comprender mensajes institucionales.
Estrategias para acercar la salud a las mujeres
Entre las estrategias que considera efectivas para fomentar los hábitos de cuidado, la Lic. Rivas destaca “la realización de charlas en organizaciones e instituciones, la difusión de información clara y cercana, y el acompañamiento de referentes que puedan hablar con un lenguaje simple sobre la importancia de los controles”.
“Programas como el que impulsamos desde LALCEC acompañando a los pacientes que acompañan y orientan a las personas durante todo el proceso, son fundamentales para acortar la brecha entre la población y el acceso a la salud”, concluye.
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