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Cuidado bucal durante y después del tratamiento oncológico: por qué es fundamental atender la salud oral en estos contextos

  • Foto del escritor: Catalina Saavedra
    Catalina Saavedra
  • 6 may
  • 2 Min. de lectura

Durante un tratamiento oncológico, el cuerpo atraviesa múltiples cambios que pueden impactar en diferentes sistemas, y la cavidad bucal no es la excepción. Sin embargo, muchas veces no se le da a la salud bucal el lugar que merece dentro del proceso de atención integral.

Consultamos con el servicio de riesgo médico de la Asociación Odontológica Argentina (AOA) para conocer más sobre las complicaciones frecuentes, las medidas de prevención y el rol clave de la odontología en la atención de personas con cáncer.



Complicaciones frecuentes: más allá de las molestias

Según los especialistas de AOA, los tratamientos oncológicos —como la quimioterapia, la radioterapia o la inmunoterapia— pueden generar efectos adversos en la boca que impactan directamente en la calidad de vida del paciente. Uno de los más frecuentes es la xerostomía (sequedad bucal), que puede derivar en caries rampantes, enfermedad periodontal y dificultades para alimentarse.


Otro cuadro común es la mucositis, una inflamación dolorosa de la mucosa oral, que en sus formas más severas puede impedir la alimentación y requerir internación para recibir soporte nutricional.

Además, pueden presentarse dolores en la articulación temporomandibular y alteraciones en el gusto, que afectan tanto el bienestar como la adherencia al tratamiento.



Prevención: la clave está en la consulta previa

Los especialistas insisten en la importancia de realizar una consulta odontológica antes de iniciar el tratamiento oncológico. Esto permite evaluar el estado bucal, eliminar focos infecciosos como caries o enfermedad periodontal y evitar extracciones durante el tratamiento, que podrían generar complicaciones si el paciente recibe ciertas drogas (como las antiresortivas) o radioterapia en la zona de cabeza y cuello.


Cuidado diario durante el tratamiento

Durante el tratamiento, se recomienda mantener una higiene bucal rigurosa pero suave, con:

  • Cepillos extra suaves

  • Pastas dentales y colutorios sin irritantes (evitar sabores como menta o jengibre)

  • Enjuagues con flúor

  • Higiene interdental según indicación profesional

  • Alimentación baja en azúcares refinados

  • Buena hidratación (beber 15 ml de agua cada 15 minutos)


Además, se deben evitar alimentos muy salados, picantes o bebidas azucaradas, que pueden agravar las molestias.

Durante el tratamiento, la aparición de llagas, sequedad, gusto metálico o cualquier dolor en la boca deben motivar una consulta inmediata.

Una vez finalizado el tratamiento, es importante mantener controles odontológicos frecuentes, realizar enjuagues con flúor y continuar con una rutina de higiene adecuada.

El odontólogo o la odontóloga es parte fundamental del equipo interdisciplinario que acompaña al paciente con cáncer. Su intervención no solo mejora la calidad de vida en el corto plazo, sino que también previene complicaciones tardías como la osteonecrosis, las caries severas o enfermedades periodontales avanzadas.


Desde el servicio de riesgo médico de AOA destacan: “Muchas de las complicaciones bucales pueden evitarse con una consulta odontológica previa al inicio del tratamiento oncológico. Queremos que la boca no sea un obstáculo más en esta batalla. Cuidarla también es cuidar la salud integral del paciente.”

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scottie
May 08

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